La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana[cita requerida]. El término orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.
Se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las antiutopías de principios del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932 Un mundo feliz (Brave new world en inglés), de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Algunos consideran a esta novela un plagio de la obra Nosotros escrita por Yevgeni Zamiatin en 1921. Por su parte Orwell reconoció la influencia de la misma en su novela.
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